Travesía vuelta al Peñón de Ifach
Mi primera vez en la de Calpe para cerrar la temporada.
Me había llegado el momento de hacer la vuelta al Peñón. Siempre la he evitado por la fama de que hay medusas. El año pasado, cuando fui con Naira a animar, salió un día precioso y el paisaje era paradisíaco. Los que participaron salieron muy contentos.
Marina estaba inscrita para este año pero, debido al accidente de su sobri, me ofreció su dorsal y no quise negarme. Me sorprendió lo fácil que fue el traspaso de la inscripción por lo bien que está montada la plataforma.
Carol me había dicho que quería venir, pero no fue hasta la tarde de antes que me enteré de que había algunas mujeres del club, Klara, Helen, Maribel, que tenían dorsal y no tenían pensado participar.
La previa
La noche de antes estuve celebrando el cumple de Gemmita y me acosté un poco tarde. Quedamos demasiado temprano en el parking de Carrefour y salimos para Calpe en el coche de Olga, ella, Judith, Álex y yo. Muy buen rollo. Llegamos pronto y sugerí aparcar en el puerto, porque me acordaba de que Charlie consiguió aparcar allí el año pasado. Aparcamos en buen sitio y sin problema.
Enseguida conseguimos los dorsales. Una parada rápida en el baño del club de regatas. Yo tuve que repetir después porque me dio un apretón, como en Peñíscola. Tendría que haber hecho antes, menuda cola se formó. Las chicas fueron hacia el final del edificio, donde estaban los voluntarios, porque iban de kayak.
Nos fuimos encontrando primero con Cristian, que venía de Benidorm, y después con Elena y Vero. Ninguno de los habituales, pero, igualmente, súper bien. Fuimos a prepararnos, sin sobresaltos. También vinieron Alba y Aran, que habían venido a animar a Cristian, y José Luis.
Cuando empezaron a llamarnos nos fuimos para el agua. La salida era desde el agua, pero hacíamos pie. Estos se quedaron charlando y yo me acerqué hacia la línea de salida para evitarme después el mogollón. Cristian después me daría la razón en esto. Delante me encontré con colegas del Tenis, Raúl, Joserra y Pascu. También alguno del Naturswim, Ángela, otra vez. Algunos nervios, todos estaban apretándose y rebasando la línea de salida, los árbitros nos amonestaban como en el Ebro. Me arrepentí un poco por el agobio, pero sabía que era lo mejor. El ambiente y el agua un poco frescos por la hora, pero sin pasarse, di saltitos para mantener el calor.
La travesía
La salida fue atropellada, como había previsto. Me llevé una patada en la cara, pero con la planta, no con el talón, como en la Escollera. Me sacó una gafa pero no me hizo daño. Al principio era imposible salir del rebaño, ni abrirse, ni cambiar de ritmo, ni nada. Así que fui comprensivo con la patada y creo que, quizá, yo también di alguna, aunque floja y sin querer. En cuanto pude me salí por el interior, la travesía rodea el Peñón por la izquierda, y me permití colocarme la gafa con tranquilidad.
La travesía se me hizo corta. La gente se estaba abriendo mucho, así que me mantuve por el interior. La roca quedaba lejos y, aunque vi algún clavelito, todos estaban bastante profundos. Levanté la cabeza oportunamente un par de veces y conseguí atajar dirigiéndome en línea recta hacia las balizas, que se veían bien. Cuando ya dejábamos el Peñón atrás y se empezaba a ver la playa me di cuenta de que un grupo grande se abría muchísimo y que yendo recto adelanté a bastante gente. No paré de adelantar en toda la travesía y tuve la sensación de que casi nadie me adelantó a mí.
A medida que nos acercábamos a la playa, las boyas se veían un poco peor. Ya casi llegando se me pusieron dos tipos uno a cada lado. Como empezaron a hacerme la pinza y temía que me reventaran en el sprint, antes de llegar a la que creía que era la última boya, pegué un apretón y me los dejé allí. Fue un sprint larguito pero llegué bien. En general, estoy contento con cómo leí la carrera. No salió un día tan chulo como el año pasado, pero me lo pasé muy bien.
Post-travesía
Tras el arco de llegada pasabas por un pasillo de duchas, lo que es de agradecer, a pesar de que tenían poca presión. El avituallamiento muy bien, aunque, menos mal que llegué de los primeros, porque había como 700 personas inscritas y luego se formó una multitud que no se podía coger nada. Allí me vi con Pascu y Raúl, que habían llegado antes que yo y, al poco, llegó también Joserra.
Confundí la carpa de la consigna con lo que yo creí que eran los fisios, así que, cuando fui para allá y me di cuenta de mi error, cogí las cosas y me acerqué a un poyete que había a la sombra de unas casetas tras la mesa del avituallamiento a cambiarme tranquilamente. Allí los del vila·swim, que quedaron todos súper bien, incluido por supuesto Kiko Hervás, que ganó la travesía, empezaron todos a preguntarme por su marca cuando saqué el móvil para ver cómo había quedado. También me preguntó Vicen, una chica del CEC Antella que me cayó muy bien. Tendría que haber hablado más con ella. Se despidió de mí, le respondí que nos veríamos luego, pero no nos volvimos a ver.
El balance, 1h 00', aunque el crono del arco marcaba menos, 58' 53", 7.º de la categoría, 33 chico y 38 de la general. Fueron 10' menos que en la Escollera.
Como ya había pasado un rato, fui a buscar a los que iban llegando. La mayoría me confirmó que se habían ido muy para fuera. Nos fuimos tras charlar con algunos conocidos y hacer algo de tiempo. Vi a Jorge, el colega de Vali, el bombero, que hizo una dignísima 1h 5', pese a que, como me contó, apenas durmió en la furgo de un colega porque estaba infestada de chinches. Estuvo muy majo conmigo. También estaban Rafa Bordes y su pareja, que vino de voluntario y ha empezado a nadar, pero le cuestan los volteos porque se marea.
La vuelta al puerto me pareció corta en comparación al año pasado. Paramos para tomarnos algo y estuvimos de charreta. Vero nos habló de su finca y de su accidentado viaje a Senegal. También me contó que tenía una de mis catecúmenas como paciente y que le había dicho que me quería mucho. Yo le respondí que también las quiero mucho a ellas. Alba y Cristian nos contaron que llevan 15 años juntos, desde que él tenía 15 y ella 13, y que el año que viene se casan. Álex y Cristian me dijeron que quizá se animan el año que viene a venir al Ebro. Al rato de recuperar a Jose Luis, que era el único que faltaba, algunos decidimos volvernos y nos separamos. Olga se quedó a comer con los voluntarios, ya que les invitaban, y José Luis comía allí con unos amigos.
Nos volvimos con Vero, Elena, Judith, Álex y yo. Llegamos algo tarde y Naira me regañó un poco, pero enseguida se le pasó. No recuerdo haber estado muy cansado el resto del día. Me gustó la experiencia, aunque no sé si repetiré, este año creo que he ido a demasiadas pruebas.
Apéndice
Hablando con Reyes unos días más tarde me enteré de que su cuñado Jose, del Benissa, también participó en la travesía. Hizo muy buen tiempo. Espero poder saludarle en el futuro, en alguna de estas.