Bienvenido, 2025
Este fin de semana tenía previsto escribir sobre mi reflexión acerca de 2024 y mis intenciones para 2025. De hecho, es algo que llevo un par de semanas queriendo hacer. Sin embargo, aunque hoy disponía de tiempo para escribir, no he encontrado la inspiración para hacerlo. Como de costumbre, cuando quiero contar algo, estoy ocupado y no puedo escribir y, cuando puedo escribir, no sé qué contar. Al final, he parado de darle vueltas porque sé positivamente que, cuánto más me obsesiono, peor resultado obtengo y menos disfruto. Así que lo he dejado estar.
Durante el día, no obstante, he podido reflexionar sobre el tema. Recuerdo que ayer, en el 40 cumpleaños de David, cuando le preguntábamos por cómo le va, el repetía con honestidad: «Estoy bien. Yo me encuentro bien». A veces no notas nada más y no sabes qué más decir, probablemente sea mejor así.
En cuanto a mí, me siento mejor conmigo mismo. Aunque estoy satisfecho con lo que he conseguido, a veces no puedo evitar preguntarme si no he sido lo bastante ambicioso. La cuestión es que ya no me importa demasiado. Sé que no soy el mejor tipo del mundo, pero me esfuerzo cada día por ser la mejor versión de mí mismo y me preocupo por tomar buenas decisiones. Es todo cuanto puedo hacer. Tal vez no sea mucho, pero a mí me basta. Como siempre, procuro no juzgar a los demás porque comprendo que la vida no es sencilla para nadie y tampoco me comparo. Más aún, hoy he puesto en práctica la costumbre budista de la que nos habló Alberto de bendecir mentalmente a la gente con la que coincides y en verdad es sanadora.
Siguiendo con los propósitos de año nuevo. Prefiero aplicar el consejo que Don Roque nos dio en su homilía de la semana pasada: más vale vaciarse de propósitos egoístas y dejar espacio para lo que Dios desea para nosotros. En cualquier caso, he escrito estos en mi diario:
- Irme a vivir a un lugar tranquilo.
- Llevar una vida sencilla.
- Dedicar tiempo a mis aficiones:
- Leer.
- Escribir.
- Jugar.
- Nadar.
- Caminar.
- Hacer turismo.
- Trabajar en algo que me apasione.
- Prepararme para el futuro.
- Ayudar a la gente.
Aunque no espero cumplir ninguno de ellos, al menos, durante este año. No obstante, me sirven para mantener el rumbo.
Feliz y próspero 2025 a todos.
Escuchando: Get it together — Lyle Brewer, por recomendación de Francesc Miralles